Escuchó atentamente el crujido de las hojas secas. Alguien se acercaba y no tenía dónde esconderse. Echó un ojo a la habitación: la nevera estaba llena, había hecho la compra ayer, ¡ojalá no tuviera qué comer! Ahora maldecía haber comprado ese jamón, el queso, las...